Esta postura lleva este nombre porque el amante se pone de rodillas a los pies de su macho. Toma la polla de su compañero y comienza a lamerla, sin dejar de mirarle a los ojos, abraza por detrás su culo mientras busca el agujero para estimularlo con el dedo.
El ritmo de las lamidas se pone más intenso al mover de las caderas. El macho que está de pie puede tomar el pelo y balancear la cabeza de su amante, siguiendo el movimiento hasta acabar.
El Pasivo se acuesta de frente (para la cama y de espalda para el activo). Puede dejar sus piernas abiertas para facilitar la penetración o bien apretar sus nalgas para mantener de manera más firme la polla en el agujero. Cuando el activo esta completamente acostado, la libertad de movimiento es casi nula para el pasivo que puede sentirse aplastado por su macho.
El pasivo da la espalda al activo, sentándose sobre él con los pies sirviendo de apoyo. Esta posición ofrece al activo un ángulo de vista excepcional sobre la penetración y un panorama muy excitante del culo del penetrado. Además, por estar de espalda, esta posición permite al pasivo fantasear sobre parejas imaginarias.
Fotos vía QC Gallery
Para se practicar esta posición, se necesitan por lo menos tres tíos muy cachondos. El primer macho penetra al segundo de pie, éste penetra al tercero acostado en la cama o en cuclillas, como a punto de despegar un cohete.
Para realizar esta postura, pasivo debe tumbarse sobre una superficie con las piernas dobladas llevadas hacia el pecho. Con los brazos entre las piernas puede tomarse los pies para mantener más estable la postura. El chico activo se colocará detrás para penetrarlo apoyado sobre sus rodillas y agarrando también las piernas de su amante. La penetración en esta posición es muy, muy profunda puesto que el ano se relaja, siendo el chico activo el que controla el movimiento. Además, éste podrá masturbar a su compañero. Si se quieres variar de postura nosotros recomendamos que se pase a la de la gran V, ya que no requiere interrumpir la penetración.
El activo se sienta en una silla, a la orilla de la cama o en el suelo, una vez en posición, el pasivo se sienta arriba ya sea de frente o de espaldas, en esta posición el contacto físico es espectacular, si se decide ponerse de frente mirando al penetrador, los dos pueden besarse y el pene del pasivo rozará con el abdomen del activo. Si se decide de espaldas, el activo puede masturbar al pasivo mientras lo penetra o acariciar su pecho mientras besa su cuello.
Esta postura e para aquellos más perezosos, ya que se permite hacer sexo sin prácticamente cansarse, siendo quizás una de las más cómodas para ambos compañeros. Los dos machos se tumban de lado, uno detrás del otro, pudiendo entrecruzar las piernas, abrirlas, rodearlas…etc. La penetración en este caso no es tan profunda como lo puede ser en otras posturas por lo que puede ser recomendable para aquellas personas que no hayan tenido sexo anal anteriormente o como postura de inicio del acto sexual. Además, de esta forma, el activo puede alcanzar el miembro del compañero, pudiendo masturbarlo al mismo tiempo.
Esta postura es muy popular puesto que el sexo anal, en muchos casos, se asocia a la misma. El chico que es penetrado debe colocarse sobre sus manos y rodillas mientras que el otro se arrodillará detrás de él. El ano del penetrado se estrecha debido al músculo del pubis lo que hace que la penetración pueda ser dolorosa si no es acompañada de una buena lubricación y de la estimulación preliminar con los dedos o la lengua. El que penetra puede moverse muy rápidamente y agudizar la excitación. El movimiento puede ser mutuo siendo el activo el que guíe el acto cogiendo al penetrado por la cintura, el culo o los hombros.
Esta es la posición más tradicional, y por alguna razón es la más practicada. En esta posición, la penetración es bastante profunda y el contacto entre ambos amantes muy intenso, provocando un orgasmo que aumenta progresivamente. El ángulo de la penetración es favorable para la estimulación de la próstata lo que aumenta el placer del penetrado. Simplemente los amantes se encuentran tumbados mirándose el uno al otro con el activo encima colocado ente las piernas del pasivo.
Esta postura puede realizarse sobre una mesa o una cama según prefieran los amantes. La única diferencia está en que el activo estará de pie o de rodillas según el lugar que elijan. El chico que es penetrado debe tumbarse con las piernas abiertas y subidas unos 90 grados mientras que el activo se las sujetará manteniéndolas estáticas mientras penetra a su compañero. En esta postura la penetración es muy profunda y el placer intenso, quedando todo el movimiento de los amantes en manos del activo. Conforme avance el acto, puede variarse cerrando las piernas del pasivo, colocándolas sobre los hombros o sujetándolas frente al cuerpo.
El amante penetrado se coloca boca abajo sobre la cama y levanta la pelvis hacia su compañero, puede ayudarse colocando una almohada bajo el vientre, aunque levantando el cuerpo tiene acceso para masturbarse mientras es penetrado. Las piernas separadas del que se coloca debajo permiten un ángulo muy abierto, y una penetración mas profunda por parte del compañero activo, que procurará apoyarse sobre las manos para no cargar el peso sobre su compañero.
En esta posición el activo se acuesta boca arriba, el pasivo se sienta sobre la verga, controlando él los movimientos de la penetración.
Esta posición tiene la ventaja que se puede practicar de varias formas, con cualquiera de ellas tanto el activo como el penetrado disfrutaran al máximo pues se logra una penetración muy profunda, sin dejar escapar ni milímetro de lo que se está metiendo.
“Collar de Perlas” es un bello regalo que se puede hacer al macho que amas. Se trata de eyacular sobre el cuello o pecho de su amante. Formando un bello collar de semen. Una variación muy interesante son los “Aretes de Perla”.