Relatos de Cris: Lluvia Dorada

Relatos de Cris: Lluvia Dorada
Una vez, casi por casualidad, ligué con un “garoto” de Minas Gerais – Brasil. Se llamaba Juliano, media 1,75, delgado, piel oscura, un culito respingón exquisito y un rabo circuncidado y afeitado.
Lo conocí una tarde en la playa, cuando estaba haciendo cruising. Al principio cuando lo vi, no me dio buen rollo, pero el tío insistió y al final tuvimos un sexo súper entretenido y guarrete. Luego, el tío me acompañó a buscar a mi amigo Fer, que estaba de regreso a casa, y este chaval me pidió el teléfono para volver a vernos.
Esa noche me llamo dos veces, ya que quería repetir… luego, al final de la semana logramos quedar de nuevo y volvimos a tener sexo igual de intenso, pero esa noche la pasó conmigo en casa. Luego por la mañana, se largó antes de follar nuevamente. El asunto es que empezamos a vernos, se venía a mi casa, salíamos a andar en bicicleta, comíamos en casa, veíamos películas, nos paseábamos desnudos, hablábamos y fornicábamos. ¡Hombre! que éramos como medios novietes, pero ambos, creo yo, seguíamos teniendo nuestros rollos (eso espero porque por lo menos yo lo hacía).
Resulta que un sábado quedamos de vernos en mi casa por la tarde, cuando llegó, charlamos un rato y luego empezamos a besarnos y quitarnos la ropa en el salón, fuimos a mi habitación y nos mirábamos en el espejo mientras nos frotábamos. Me gustaba ver su piel oscura sobre la mía, coger su rabo oscuro y circuncidado, chuparla mientras decía cosas en portugués como “gostoso”. Él tenía fetiche por los pies, y le gustaban mucho los míos, le encantaba que yo le pisara el rabo con mis pies. Estábamos muy calientes yo no dejaba de mamar su polla y ver como lo hacía frente al espejo. En un momento, abre la puerta y dice que me quiere follar afuera, sale, se pone mis botas vaqueras y yo lo sigo hasta unos árboles.
Él me llamaba con la mano y se masturbaba, mientras esperaba por mí. Cuando llegué, empezamos a besarnos de nuevo y coger nuestras pollas, yo las escupí para que se pudieran deslizar mejor una con la otra, me dio vueltas y comenzó a meter la punta una y otra vez en mi culo. Luego, cogió un preservativo y la metió completa. Me folló un rato, yo afirmado a un árbol y pensando que en cualquier momento alguien nos podría ver (vivo en el campo).
Me arrodille y comencé a comerle el rabo muy fuerte, él se abrió mas de piernas y me decía que no pare una y otra vez. Joder, estaba tan caliente que no lo pensé ni un minuto, y le pedí que me meara. El tío comenzó a hacerlo despacio, ya que la tenia tan dura que no podía mear. Al principio saltaron unas gotitas sobre mi pecho y mis pezones se pusieron muy duros. Él lo notó y comenzó a trabajármelos, los apretaba y ponía su polla en ellos, eso me calentó más. Le pedí más, y ahí e empezó el cabrón a mearme más fuerte, estaba súper caliente y me gustaba como me meaba, su orina recorría mi cuerpo desde el pecho hasta la polla y mojaba mi culo… uffffff, estaba como una moto, muy caliente y el tío seguía medándome. Cuando terminó, yo estaba empapado y comencé a chuparle la polla… mmm… sabía muy bien.
Juliano también estaba tan caliente que comenzó a correrse en mi boca, mientras se corría yo escupía su semen en mi polla, y sin necesidad de masturbarme comencé a correrme. Mi leche saltó como medio metro, muy lejos, creo que nunca me había saltado tan lejos.
Sin pensarlo, me lo había pasado pipa con alguien que le gustaba el sexo muy guarro y sin inhibiciones. Alguien que gustaba de los pies, del sexo al aire libre y de una buena lluvia dorada en un atardecer en el campo ibicenco.
¡Que buena forma de ver la puesta de sol!
Para aquellos que tienen un fetiche incontrolable por pis, Cris recomienda Boys-Pissing.
Foto vía Boys-Pissing

Feb 18, 2008 By rick Write a comment!

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